Las dos hijas del rey que eran rivales
quisieron, por salir de su quebranto,
probar la fuerza de su mutuo encanto
en el cubil de los leones reales.
Gloria llegó. Trompetas y timbales
repitieron su nombre sacrosanto
y los leones del rey rugieron tanto
que a lo lejos temblaron los sauzales.
Sonriose la gente cortesana
al presentarse la princesa hermana.
Mas el asombro entró en los corazones,
cuando, afrontando la ironía aviesa,
atravesó la pálida princesa....
ante un vasto silencio de leones.
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Autor: Leopoldo Lugones
Fotos: JCBelair y CBelair
Juli y Flor (¿Gloria y Paz, Paz y Gloria?)
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