Por Rodolfo Menéndez y Menéndez
"¡En la torre!" es una expresión muy mexicana que denota derrota, sufrimiento, ser víctima de un atraco, recibir golpes o estar sujeto al ataque enemigo e ir perdiendo.... Todo esto y más significa esta folklórica expresión que los mexicanos usamos con frecuencia. Con ella, sintomáticamente, titula una carta que a continuación reproduzco con su autorización, el Arquitecto Carlos Lozano Rodríguez. Miembro emérito de la Academia Nacional de Arquitectura, Don Carlos se refiere a la posible construcción de la anunciada pero aún no aprobada torre "del bicentenario" (llamada así porque de construirse el edificio de 300 metros de altura, según los planes de los desarrolladores, estaría inaugurándose en el 2010, año en que se conmemora el segundo centenario de la gesta de independencia de México en 1810).
Dice el Arquitecto Lozano:
"¡En la Torre!
La construcción de una torre de 300 m. de altura es sin duda un motivo de orgullo para cualquier ciudad, y es un síntoma de confianza en la economía de la misma y por supuesto una derrama económica importante y fuentes de trabajo.
Pero, ¿por qué en ese lugar?
Empezamos con la destrucción de una obra arquitectónica catalogada como representativa de la Arquitectura Moderna Mexicana.
La reglamentación y uso del suelo no tendrán ningún problema ya que la Asamblea
de Representantes cambiará el Plan Parcial de la Delegación en dos minutos al menor guiño de su “Jefe”.
Lo que será catastrófico es incrustar éste edificio en donde la planeación urbana no está diseñada para esto, basta imaginar 387,000 m2 de los cuales 250,000 m2 serán oficinas rentables que usando una norma muy conservadora de 10m2 por habitante nos daría 25,000 personas además de visitantes; servicios; y áreas comerciales con un aproximado de 30 a 40,000 personas al día, simplemente hay que imaginar a las horas pico la entrada y salida a la zona de 6,000 automóviles. Podemos decir que se construirá una pequeña ciudad dentro de otra. Por más obras viales que se hagan, nunca se resolverá el problema.
La sombra que proyecta una estructura de 300 m de alto en las mañanas y por las tardes será de 250 a 300m, es decir, condena a las manzanas del entorno a la sombra. Sin embargo, lo más agresivo del proyecto es la ocupación subterránea del Bosque de Chapultepec ya invadido y afectado por otras causas, la gran duda es de que influencia gozan los promotores para que el Gobierno de la Ciudad le ceda una parte del Bosque de Chapultepec.
Grandes ciudades del mundo como París, han resuelto estos problemas sacando de la ciudad las grandes estructuras como el caso de La Defense o la Ciudad de las Ciencias y la Industria, urbanizaciones bien planeadas para recibir estas estructuras, aquí tenemos Santa Fe que podría albergar muy bien éste edificio.
¿Por qué insistimos en seguir destruyendo nuestra Ciudad?
Carlos Lozano Rodríguez"
arqlozano@gmail.com
Mientras así expone su criterio el Arquitecto Lozano, el día de ayer, 16 de agosto, la Academía de Arquitectura sostuvo reunión extraordinaria de sus miembros para discuitir el tema en presencia del Sr Arturo Aispuru, Director de Desarrollo Urbano del Gobierno del Distrito Federal.
La opinión generalizada en el seno del cuerpo colegiado ha sido categóricamente en contra del proyecto por tres razones básicas que fueron prolijamente expuestas en la reunión: 1) Para construir la torre es necesario destruir una obra muy meritoria del Arquitecto, ruso-francés-mexicano, Vladimir Kaspé, construida en los años 30, clasificada como patrimonio cultural de la Ciudad por el Instituto Nacional de Bellas Artes. 2) Sería necesaria una donación o transferencia a los desarrolladores de un lote de aproximadamente 50,000 metros cuadrados de superficie, que corresponde al área protegida del parque de Chapultepec, lo cual es visto como una agresión insufrible para los habitantes del D.F. y 3) La zona donde sería construida la Torre, físicamente no admite en términos de su infraestructura y de su diseño general, prácticamente inmodificable, el emplazamiento de un edificio de la envergadura del que se planea.
Esto último significa que no es posible para esa parte baja de las Lomas de Chapultepec tomar, sin que virtualmente se destruya, la presión urbana que derivaría de una construcción de ese tipo.
A buen entendedor, pocas palabras. No se discute el interés del proyecto arquitectónico del Arquitecto Koolhaas y su contribución al prestigio de la ciudad. Eso, se acepta y se aprecia. Lo que está en cuestión es la muy básica pregunta de ¿Por qué ahí?
Me parecen atendibles los argumentos esgrimidos por los arquitectos. Está bien cimentado su punto de vista contrario a la intención de construir la torre. Los que no parecen razonables, también expuestos para repudiar el proyecto, son los de naturaleza xenófoba usados por grupos de vecinos en el sentido de que la empresa promotora y el arquitecto diseñador son extranjeros. En este orden de ideas pienso que están equivocados quienes esto sostienen. Qué bueno que vengan empresas del exterior para promover una inversión cuantiosa en la Ciudad de México y qué mejor que el proyecto de la torre se deba a uno de los arquitectos mas afamados del mundo. Ambas cosas hablarían bien de la ciudad y aportarían a su prestigio. No debemos quejarnos de eso.
Veamos que sigue en esta discusión colectiva que el Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard deberá atender cuidadosamente. Estemos atentos.
Imagen del periódico El País de España.
2 comentarios:
No entiendo por qué no quieren dejar gobernar al PRD. Todo lo quieren obstaculizar!!
Yo opino a favor del proyecto. Los problemas que se mencionan son técnicos y sí se pueden resolver. Esperen a ver las respuesta de otros que tienen más información. Los beneficios son mayores que los perjuicios para unos cuantos. El resto de la ciudad cuenta. Los empleos serán para todos no nada más para los de Las Lomas.
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