viernes, 28 de septiembre de 2007

Recordando a Fernando Espejo



El mes de septiembre que ya se nos va, y para siempre, nos trajo alegrías, pero también pesares. Fernando Espejo murió de pronto, así, "sin tomarnos en cuenta". Le rindo homenaje al amigo y al poeta. Al enorme poeta y al inmenso amigo le dedico este pequeño espacio en que quiero seguir su huella a través de sus poemas...

Nos dejaste tu decir Fernando y por él te recordaremos. Aquí estarás con tu optimismo hecho sonetos todavía entre nosotros, mientras nosotros seamos y aún, quizá, ojalá, después...



EL AMIGO

De ser a veces uno, me inoportuno,
ay, la soledad del hombre, soledades...
como si uno tuviera dos mitades
para estar conversando sin ninguno.

Desde niño jugué con un alguno,
-ah, que olor a jardín- mis amistades
eran entonces árbol de bondades
y con los frutos en la rama, uno.

La tarde ahora es cada vez más tarde,
uno es más uno, y cada vez te metes
a ser más viejo, y mucho más cobarde.

Será por eso que te busco amigo,
que he sacado de nuevo mis juguetes
para que vuelvas a jugar conmigo.


HOY

Hoy la mañana amaneció sonora.
El sol prendió la fiesta de su lumbre
y el corazón dejó su mansedumbre
sobre las campanadas de la hora.

Hoy mi ventana amaneció canora.
Se abrió la jaula de la pesadumbre
para la jacaranda y su costumbre
de estarse, nada más, llora que llora.

Baila la vida un baile de alegría
en todo cuanto miro y cuanto toco.
No entiendo esta ilusión alucinada.

Sólo sé que uno muere cada día,
-todos los días uno muere un poco-
pero hoy no he muerto casi nada.
...

Para más de Fernando Espejo pinche abajo:

viernes, 21 de septiembre de 2007

Con gran regocijo anuncio la llegada de mi primer nieto: Matías



La mamá de Matías, Julisel, le da la bienvenida al recién llegado con una rosa roja. Buen empiece.


El prefiere dormir. Todavía no sabe del gesto de bienvenida. Ya lo sabrá.


"Que me dejen en paz", dice.


Y el papá, Juan Carlos, también se quedó dormido. La impresión de que su hijo naciera en su mismo cumpleaños lo cansó.


La satisfacción de la tarea cumplida. ¡Bien hecho mi hija!

lunes, 17 de septiembre de 2007

¡FIAT LUX! LA REFORMA ELECTORAL….


¡Luz de esperanza en el horizonte político!

¡FIAT LUX! LA REFORMA ELECTORAL…. Que apenas empieza.

Por Rodolfo Menéndez y Menéndez

Hace unas cuantas semanas, el 15 de mayo, como resultado de la pésima impresión que habían dejado las pasadas elecciones en el Estado de Yucatán publiqué un artículo quejándome de la gran corrupción de los procesos electorales y lamentándome entre otras cosas de la sumisión en la que los partidos políticos y la ciudadanía en su conjunto, habían caído frente a los medios de comunicación, particularmente radio y televisión, que en actitud rapaz medraban desorbitadamente de nuestras incipientes prácticas democráticas. (Ver artículo titulado "Campañas Corruptas", bajo las etiquetas de Yucatán o Política en este mismo BLOG)

Así concluyo mi artículo: No ha sido éste, hay que reconocerlo por salud pública, un ejercicio edificante que apunte hacia la consolidación de nuestro incipiente desarrollo democrático. La primera lección que deberíamos extraer de esta elección, aún antes de que culmine, es la referida a la necesidad de que las campañas políticas se transformen racionalmente en beneficio de la sociedad y que no, como es el caso hoy, incidan en su degradación.

Desde luego y ante todo, urge, urge, pero verdaderamente urge que se acabe, mediante una reforma de las leyes aplicables, el negocio vergonzoso que se hace con la propaganda en las campañas mediáticas. Los candidatos deberían poder acceder en términos absolutamente equitativos y gratuitos a los tiempos del Estado que son parte de la concesión de la radio y la televisión. Y ni un quinto para el negocio electorero injustificado y ruin. Los partidos políticos y los legisladores tienen la palabra.”

Y bien, ¡Fiat lux! Al nivel federal, en México, los legisladores han encontrado por mayoría abrumadora de votos en ambas Cámaras el indispensable consenso para modificar nuestro texto Constitucional y quitarle al perverso oligopolio mediático, la canonjía que hasta hoy injustificadamente goza de apropiarse sumas ingentes de recursos públicos, vendiendo a precio de platino lo que debe ser servicio público gratuito.

No se trata, como algunos han sugerido, de expropiar el tiempo que buenamente generan las empresas de radio y televisión para comercializarlo legítimamente. Se trata, sí, de ejercer con rigor y mirando al interés superior de la sociedad, las facultades de quien otorga una concesión que, se entiende, deberá generar utilidades para quien la explote pero condicionando el usufructo al beneficio de la comunidad. No en balde en numerosos países con sistemas electorales más depurados que el nuestro, ésta es una práctica común y aceptada. Lo que se está haciendo, de hecho, es incorporar al trato original de la concesión lo que siempre debió haberse contemplado. Que no se den por ofendidos o asaltados los prepotentes hombres de los medios, que demasiado bien les ha ido a lo largo de todos estos años de abuso sin nadie que se los reclame.

Falta, desde luego, para que este cambio cobre significado real. El proceso de reforma constitucional es aún largo y azaroso. La mayoría de las legislaturas estatales deberá aprobar la modificación a la Carta Magna. Después, la nueva disposición deberá promulgarse. Ambas etapas son zonas de riesgo y todo puede suceder. Los afectados, aullando de coraje como lo están, querrán mantener sus prebendas y actuarán en consecuencia. Nadie abandona posiciones de poder sin dar la lucha encarnizada y los involucrados no son ni almas caritativas, ni tampoco instituciones benevolentes.

Y hay otro aspecto faltante. La reglamentación que tendrá que venir más adelante, en la nueva Ley de Radio y Televisión, que le ha quedado al Congreso como asignatura pendiente después de la invalidación que decidió la Suprema Corte de la disposición previa, en la que el poder mediático había logrado someter a la anterior legislatura (salvo muy honrosas excepciones).

Ahora deberá obligarse por ministerio de ley a los concesionados a otorgar EQUITATIVAMENTE, en épocas de campañas, los tiempos dispuestos por ellos mismos para el análisis de la cosa política, aparte de los que se tengan que destinar a la propaganda en tiempo propiedad del Estado, con la participación de la autoridad electoral, en caso de que lo que acaba de aprobarse en el Congreso Federal sea finalmente promulgado.

Me refiero a lo que se llama barras de opinión, programas de análisis y similares. Nada de que le doy más tiempo, atención y preferencia cualitativa a quien mejor represente MIS intereses. En tratándose de tiempos pre-electorales y electorales, deberá existir un reglamento claro y preciso para que todos los partidos y denominaciones políticas o candidatos registrados, tengan la misma oportunidad de ser vistos y escuchados por la sociedad. Así sucede en los países más cultos. Así debe ser en el nuestro.

Ya no queremos más revivir los tiempos del gran elector. Se trate de quien se trate este ser o entidad privilegiada, sea el Presidente imperial, el PRI omnipotente, Televisa o el Santo Niño de Atocha. Al pueblo, lo que es del pueblo.

México D.F., 16 de septiembre, 2007

viernes, 14 de septiembre de 2007

1847 . LA GUERRA DE TEXAS . EN MEMORIA DEL HEROICO BATALLON DE SAN PATRICIO

La ejecución colectiva de los miembros del Batallón de San Patricio en San Jacinto, Ciudad de México. Samuel Chamberlain 1867.

EN MEMORIA DE LOS SOLDADOS IRLANDESES DEL HEROICO BATALLÓN DE SAN PATRICIO, MÁRTIRES QUE DIERON SU VIDA POR LA CAUSA DE MÉXICO DURANTE LA INJUSTA INVASIÓN NORTEAMERICANA DE 1847

Capitán John O'Reilly, Thomas Riley, James Mills, Lawrence McKay, Francis O'Connor, Peter Neil, Kerr Delaney, Patrick Antison, Harrison Kenny, Roger Hogan,John Sheehan, John A. Myers, Richard Parker, Lemuel Wheaton, Samuel H Thomas, David McElroy, Parian Fritz, John Bowers, M. T. Frantius, Henry Mewer, Henry Octker, Henry Whistler, Wil/iam H. Keeck, Edward McHerron , Andrew Nolan, Patrick Dalton, John Cuttle, John Price, Wil/iam Oathouse, Wlliam A. Wallace, Elizier S. Lusk, Herman Schmidt, Martin Miles, Abraham Fitzpatrick, John Murphy, Lewis Preifer, John Benedick, John Rose, Lachlar McLanchlen, Patrick Casey, John Brooke, Roger Duhan, James Speers, Martin Lydon, Dennis Conahan, Auguste Morartaft, James McDowell, Gibson McDowell, Hugh McClelland, John McDonald, John Cavanaugh, Thomas Casidy, John Daly, James Kelly, John Littie, Henry Logenhame, Henry Venator, Francis Rhode, John Klager, Alfred K. Fogal, George Jackson, William O'Connor, Richard Hanly, John Appleby, George Dalwig, Berney Hart, Thomas Millet, Hezekiah Akles, John Bartely, Alexander McKee, F.W. Garretson.

MURIERON POR LA PATRIA

CON LA ETERNA GRATITUD DE MEXICO A LOS CLX AÑOS DE SU SACRIFICIO.
SEPTIEMBRE DE 2007.

HOMENAJE AL HEROICO BATALLON DE SAN PATRICIO
Por Miguel Angel Menéndez Reyes

Leído originalmente en la Plaza de San Jacinto, en México, Distrito Federal, el 13 de septiembre de 1959 (en el CXII aniversario del sacrificio) por su autor. Se leyó por 10 años consecutivos hasta 1968. En 1962, Rodolfo A. Menéndez y Menéndez, hijo del autor, fue el orador. El texto y el sentido del discurso es absolutamente actual y puede ser repetido, como lo fue durante una década, una y otra vez, cuanto sea necesario para aprender la lección.

Señoras y señores:

Un imperativo de la conciencia histórica de México nos congrega una vez más, bajo los fresnos de esta plaza, en homenaje a la memoria de los componentes del Batallón de San Patricio, ejecutados por haber coadyuvado en la defensa de nuestra patria, el año de 1847. .
Quizá sea cierto que el sepulcro es el último fruto del amor. El primer hombre que enterró a su muerto, que puso una señal sobre la tumba y la convirtió en lugar de cita para su recuerdo, dio estribo a la cultura del monumento capaz por sí sola de hablar a todas las épocas. Si eso fuera , sería válido decir que el monumento erigido por el amor es el primer peldaño que va de lo perecedero a lo inmortal, y afirmaríamos que quienes construyen un monumento, aspiran a darle validez eterna y explicación constante.
La historia -dijo un filósofo hispánico- es una explicación, no un culto. De ahí que el historiador explique, no adore arrodillado; y que hurgue en las entrañas del trastiempo, en busca de las raíces que nutren la experiencia que ha de guiarnos en el presente para mostrar el porvenir. La conciencia de la historia es la luz de su explicación.
Entre nosotros, pocos extranjeros han merecido monumento al heroísmo. Sólo Francisco Javier, el navarro de recuerdo impar, había conseguido trocar su sangre española en bronce de México. Aunque en distintos tiempos y actitudes distintas, éste y los irlandeses murieron por México, y eso sería suficiente para explicar sus monumentos. Cayeron por nosotros y nosotros los levantamos para que los contemple el tiempo, señor de la eternidad.
En esta vez, México viene a lavar del rostro de los heróicos irlandeses el estigma de desertores que la injusta historia escrita por el verdugo ha querido y quiere imponer a su memoria. He aquí la explicación:

EL TERRITORIO DE LA ESCLAVITUD

Estados Unidos y México no eran vecinos del todo. Vinieron a serlo hasta el año de 1803, en que Francia cedió a EE. UU. la Luisiana. A renglón seguido los nuevos vecinos invocaron frente a España el pretexto de que la Luisiana carecía de límites definidos y que Texas, por eso, debía ser considerada parte de ella.
El 9 de febrero de 1819, el Ministro español en Washington firmó tratado con EE. UU., por medio del cual la España transaccionista cedió territorios situados en riberas del Misisipi, conocidos con los nombres de Florida del Este y Florida del Oeste. En estos pañales nació la vecindad y no precisamente en la fatalidad geográfica.
En 1820, del territorio de Luisiana se formó el Estado esclavista de Misuri, que fue aceptado en el seno de la Unión de los 13 Estados sólo mediante el llamado "Arreglo Misuri", Ley por la cual se prohibió la esclavitud al Norte del paralelo 36° 30" de Latitud Norte. Y pronto se vio que entre esa línea imaginaria pero rígida y el Río Sabinas, linde convenida de la Luisiana con Texas, resultaba un área muy pequeña para la esclavitud.
Con todo, hasta entonces no se sentía amenazado de muerte el esclavismo, porque podía plantar y cosechar algodón y azúcar incursionan­do libremente dentro de los límites de la Nueva España, ya que en ésta no se proscribía aún la esclavitud.
Pero el 13 de Julio de 1824. la Nación Mexicana prohibió trasladar esclavos extranjeros a su territorio y, poco después, la Constitución de 1824 no admitió que en el seno de México se naciera esclavo. A más, en 1827 fue promulgada la Constitución de las provincias unidas de Coahuila y Texas, que entonces formaban una sola entidad, y ella prohibió la internación de esclavos extranjeros, concediendo libertad a los hijos de esclavos habidos desde la fecha de su promulgación y hasta siempre. Y con estas medidas abolicionistas sí se sintió amenazado de muerte el interés brutal del esclavismo.
William Jay, patriota y estadista norteamericano de primera fila, testigo presencial irrecusable, al través de su concluyente libro que en español fue titulado "Causas y Consecuencias de la Guerra del 47", denuncia y condena el atropello consumado contra México, en 1847, cuyos primeros antecedentes son éstos:

PRIMER ANTECEDENTE MILITAR

El 17 de junio de 1819, James Long y 75 aventureros, agentes del esclavismo misuriano, atacaron el poblado de Nacogdoches, 72 kilómetros adentro de la línea divisoria de Texas con Misuri. El 23 de ese mismo mes, Long, dándose título de Presidente del Supremo Consejo de Texas hizo circular una proclama, reproducida más tarde en el "Luisiana Herald", de Nueva Orleáns, declarando que "los ciudadanos de Texas habían abrigado por mucho tiempo la esperanza de que al ajustarse la frontera de las posesiones españolas con los territorios de EE. UU., se incluyese su región dentro de los límites de este último país" y como esa esperanza se había perdido, "se declaraba independiente la República de Texas". El objeto de ese manifiesto era invitar a los ciudadanos norteamericanos a que se alistaran en las fuerzas de Long.
Pero las tropas acantonadas en los presidios españoles de la región dieron al traste con este primer intento militar, derrotando con bajas y dispersando a los filibusteros.

LA COLONIZACIÓN

La primera derrota militar infligida al esclavismo le hizo cambiar de táctica. Formuló su plan de deslizamiento, de lenta ocupación con visos legales. Moisés Austin, de Misuri, consiguió autoriza­ción de las autoridades españolas, en 1821, para establecer en Texas a 300 familias de colonos. Obtuvo la concesión porque basó su solicitud en que esas 300 familias serían de católicos perseguidos por el protestantismo. Al morir Moisés, su hijo Esteban obtuvo en 1823, la renovación y ampliación del permiso de colonización, con inmigrantes de Tenesí, Misisipí y la Luisiana. precisándose que los colonos serían "exclusivamente católicos".

SEGUNDA INTENTONA MILITAR

En 1826, un cuerpo de inmigrantes en los EE. UU. establecidos cerca de Nacogdoches, enarboló de nuevo la bandera de la insurrección, capitaneado por uno que se llamaba Edwards, y lanzó declaración de independencia. Poco tardaron esos hombres en ser aniquilados por fuerzas mexicanas.

LA DIPLOMACIA DE LA ESCLAVITUD

El 18 de octubre de 1822, llegó al puerto de Veracruz, a bordo de la corbeta John Adams, el diputado por Charleston, capital de Carolina del Sur, Joel Roberts Poinsett, a cuyo genio confiaron las empresas esclavistas explorar el ánimo de los hombres públicos del México de entonces, acerca de cómo podrían ser movidas las fronteras de los EE. UU. hacia el sur. Poinsett había actuado en Río de Janeiro, Argentina y sobre todo en Chile. Hablaba bien el español; era lo que hoy se llama "experto en asuntos de Latinoamérica".
La misma noche de su llegada al puerto jarocho, Poinsett cenó en compañía del coronel Antonio López de Santa Anna -el primer mexicano que habría de hacerse su propio monumento en vida-, quien le informó de cúantos rumores corrían acerca de la política interior y le dio segura escolta militar para trasladarse a la metrópoli. Ya en ésta, Poinsett visitó a Iturbide el 3 de noviembre en el Palacio Imperial, acompañado del Cónsul de Norteamérica, tratando a fondo el objeto de su comisión: los límites. El Emperador le escuchó y aconsejó cambiar impresiones con don Juan Francisco Azcárate, quien más tarde relató al Presidente don Guadalupe Victoria sus entrevistas con el enviado. "Sobre un mapa de América, el dedo de Poinsett fue marcando la frontera anhelada. Percibí -escribe Azcárate- que la idea era absorberse toda la provincia de Texas y parte del Reino de León tomarse la mayor parte de la provincia de Coahuila, la Sonora y California Baja, toda la Alta y el Nuevo México".
Tras de su entrevista con Iturbide, Poinsett visitó a los diputados presos en Santo Domingo. Habló con Fagoaga, Herrera, Tagle. Usó su vasta experiencia y obtuvo cuantos datos fueron necesarios para comprender que el Imperio era una farsa bamboleante, que el gobierno estaba en bancarrota y que una plural ambición espiaba coyunturas de medro.
El 11 de Noviembre de 1822 salió en carruaje especial de la ciudad de México -apenas a 23 días de haber desembarcado en Veracruz-, con visión completa de nuestros infortunios políticos. Y tras cuarenta y dos días más de observar por caminos del Bajío y de la costa, el 23 de diciembre reembarcó en la corbeta que vino en busca suya hasta las playas de Tampico. Todavía en el momento de zarpar le alcanzó el correo con esta noticia: Santa Anna se ha alzado en Veracruz contra el Imperio.
En Mayo de 1825 regresó Poinsett nombrado Ministro Plenipoten­ciario de los EE. UU. en México...

EL PRECIO DE LOS ESCLAVOS

En 1829, un senador misuriano de apellido Benton desató la campaña publicitaria de las empresas esclavistas para persuadir a los EE. UU. -pueblo y gobierno-, de la necesidad de adquirir Texas. Esta campaña rebotó en muchos periódicos y dio lugar a la formación de una corriente de opinión sintetizada en las anécdotas siguientes: el Juez Upsher, de Virginia, que posteriormente fue Secretario de Marina, primero, y luego de Estado, del Presidente Tyler, declaró ese mismo año, 1829, ante la convención de su partido político en Virginia: "Si consiguiéramos a Texas, esto haría subir de precio a los esclavos y resultaría grandemente ventajoso para quienes trafican con ellos en el Estado". En los debates de esa propia convención, un Mr. Dodridge sostuvo.: "La adquisición de Texas elevará considerablemente el valor de esos bienes". Otro, Mr. Gholston, miembro de la Legislatura de Virginia en 1832, afirmó que "La adquisición-de Texas elevará el precio de los esclavos en un cincuenta por ciento cuando menos'~
Y comenta el integérrimo William Jay, de cuyo libro antes mencionado he desprendido textualmente los datos anteriores: "Como Virginia era Estado dedicado principalmente a la crianza de esclavos para su venta, esos caballeros estaban ansiosos de adquirir Texas porque creían que llegaría a ser un mercado más, y muy grande por cierto, para la venta de ese artículo!'

PROPOSICIONES DE COMPRA Y DE HIPOTECA

El 15 de marzo de 1827, el Gobierno de EE. UU. dio instrucciones a su Ministro Poinsett para que hiciese saber "que deseaba modificar los límites territoriales existentes, a cambio de un millón de dólares", proposición que no fue aceptada.
El 25 de agosto de 1829, el Presidente Jackson dio instrucciones a su Ministro Poinsett en el sentido de elevar la oferta a cinco millones de dólares, que no fue atendida.
Y como Poinsett advirtiera que el Gobierno Mexicano estaba decididamente en contra de la enajenación territorial, supuso que ofreciendo un préstamo de diez millones de dólares en hipoteca sobre Texas, podría hacerle triunfar en sus propósitos. Pero el Gobierno de México permaneció sordo a sus demandas y el fracaso de estas negociacio­nes incalificables decidió la independencia de Texas, primero, y la guerra con Estados Unidos después, que costó a México algo así como la mitad de su territorio nacional.

RELlGIÓN, TIERRA, DERECHOS POLÍTICOS Y SOCIALES EN IRLANDA

Resulta necesario detenerse un instante ante el recuerdo de Patricio, el santo patrono de Irlanda, personaje religioso representativo por excelencia de la Verde Erín, porque él está en el umbral del tema, porque él es aquí el héroe a la manera de Carlyle. El la evangelizó en el primer siglo de la cristiandad. El vertebró la emoción nacional hacia el catolicismo, al acabar con las serpientes sólo con la melodía de su arpa. Los irlandeses lo tienen en la conciencia y sobre el corazón, a la manera de gonfalón y escudo. Y tras eso, ojear lo que acontecía en Irlanda:
Hasta 1850 -en que comenzó a gestarse la reforma agraria-, las relaciones entre terratenientes y campesinos eran muy desafortunadas. El campesino carecía de derechos; era sólo un inquilino, un animal en tránsito por la propiedad del landlord; no era dueño ni de su sombra encorvada sobre el surco; el régimen feudal le impedía enraizar su afecto en la tierra, que en vez de madre era madrastra porque era ajena. Era un paria.
Los protestantes eran dueños de todo; formaban la minoría de la nobleza y el poder. Un católico estaba incapacitado legalmente para ser miembro del Parlamento; no podía ser Consejero del Rey ni desempeñar el cargo de Juez, ni otros varios. Con todo, de los católicos -la clase campesina, la productora-, eran exaccionadas las quinientas mil libras esterlinas que anualmente, por allá de 1800, necesitaba el presupuesto del poder público para alimentar los privilegios de la clase dominante.
No pudiendo ser dueño de la tierra, condenado a la miseria, careciendo de derechos sociales y políticos, sintiéndose disminuido por discriminación religiosa, el campesino irlandés ansiaba fugarse de su dolorosa realidad de huérfano y viudo, abandonado de los dioses, ya que las relaciones del hombre con la tierra son las mismas que del hijo con su madre, son las mismas que del hombre con su esposa, son las mismas que del hombre con sus hijos, son las mismas que del hombre con su Dios.
Y esa ansiedad de fuga encontró camino cuando Norteamérica, buscando elementos humanos que serían el primordial factor de su grandeza, abrió puertas a la inmigración europea, alboreando el siglo XIX.

SICOLOGÍA DEL INMIGRANTE


El hombre cambia de patria sólo cuando le resulta imposible vivir en ella. El afecto natural le une a su madre tierra. Únicamente se resuelve a romper ese amor cuando la madre le niega todo, desnaturalizada, explotada y vejada por un padre irrazonable. El padre es quien dirige, quien manda: el gobierno, el régimen, el sistema. El hombre, pues, cambia de lugar, de nido, en busca del afecto natural del hijo hacia su madre la tierra; cuando da con una parcela que pueda llamar suya, encuentra substitutivo del amor materno que le falta, y se entrega a ella; la desnuda, la acaricia, la peina, la siembra, la riega y la viste con ropaje de verdura que al madurar toma el aspecto de sangre en las granadas, de sol en las naranjas y limones; de oro en los trigales, de penachos y perlas en el maizal. Esto es: la fecunda, la hace germinar, convirtiéndola en su esposa, y del producto de esa unión aparentemente incestuosa y primitiva, del fruto del amor de la tierra y de los hombres, surge el caudal que nutre a las culturas, que motiva las civilizaciones. Eso es lo que bendice el Dios de todas las religiones, bajo todos los climas y en todos los tiempos! ...De ahí que la reforma agraria haga felices a los pueblos.

CATÓLICOS IRLANDESES EN NORTEAMERICA

Desde comienzos del siglo XIX, y aún poco antes, se formó una corriente migratoria entre Europa y los EE. VU. Como era propio, la más importante afluencia humana llegó procedente del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda. Muchos de esos inmigrantes quedaron en Nueva York, Boston, Filadelfia, etc., pero un número importante, de claros antecedentes campesinos, prefirió trabajar la tierra. De estos campesinos se valieron los colonizadores del Oeste. Fueron los "católicos perseguidos" que los Austin ofrecieron a México.

LOS NATIVISTAS

Los nativos americanos, al percatarse del peligro representado por el caudal migratorio católico irlandés convertido en torrente incontenible, que inundaba el país y amenazaba con apoderarse lentamente de su manejo, pidieron al Congreso que enmendara ia Constitución y las leyes migratorias, favorables a los recién llegados. Pero el Congreso no les atendió. Y era natural que no los atendiera porque los políticos norteamericanos necesitaban una gran población para una gran extensión territorial, pues ya había obtenido de Francia la Luisiana en 1803, y estaban golpeando en la frontera con Texas; no podían levantar dique al aluvión migratorio. Esto es: ya habían formado sus designios de anexión pacífica de territorio mexicano, si era posible, o de guerra de conquista, si era necesario.
La pérdida de varias cosechas en Irlanda acreció la fuga de su población con rumbo a los EE. UU. En sólo el año de 1840 arribaron a los EE. UU. 40,642 personas de nacionalidad anglo-irlandesa. Los ingleses se diluían entre los nativos porque profesaban el protestantismo; pero los irlandeses permanecían en islas, en grupos compactos, lo que es típico de las minorías que se defienden. Construían sus barrios, sus iglesias, sus escuelas y hasta sus propios poblados, cuando formaban colonias agrícolas como la de San Patricio, en Texas.
En 1837, sintiéndose amenazados los naturales de América, se organizaron en sociedad secreta denominada "Native American Associa­tion", la que rápidamente se desflecó por todo el país en organizaciones filiales. Estas sociedades atacaron rudamente a los inmigrantes en todas partes, aunque sus ataques se hicieron más de notar en el periódico titulado "Native American".
El choque llegó a la sangre, a los motines, al incendio de iglesias católicas en Filadelfia, con disturbios y repercusiones en toda la nación.

LOS QUE BUSCABAN LA LIBERTAD

Los hombres que rompieron, desarraigándose, los vínculos con su patria, Irlanda, movidos por la necesidad de huir de su padre brutal, el feudalismo, buscando equilibrio sicológico entre la realidad y sus sueños de libertad religiosa, de bienestar, de disfrute de derechos políticos, sufrieron de modo indudable un rudo golpe en el espíritu al arribar a las playas de América y encontrar a los honorables industriales de Virginia dedicados a criar hombres para venderlos como esclavos, y a los nativistas impidiéndo­les practicar libremente su religión, al mismo tiempo que les negaban derechos políticos.
Parece consecuente con la naturaleza humana, entrevisto al trasluz de la sicología, que se sintieran frustrados los inmigrantes que habían venido en busca de libertad, y que se apretaban entre sí formando una fuerza defensiva primero, agresiva después, que se abriría paso trabajosa y decisivamente en la historia norteamericana, como ha sucedido y estamos viendo. No habían roto en balde sus vínculos con el terrón nativo; no en vano habían cruzado el mar buscando satisfactores indispensables para la vida humana. ¡Querían ser libres y tenían que serio!

LA COLONIA AGRÍCOLA IRLANDESA DE SAN PATRICIO

La primera colonia permanente establecida en Texas por Moisés Austin, al amparo de concesión otorgada por el gobierno de la Nueva España, fue la de San Felipe, junto al Río Brazos, en 1821. Poco después fue erigida la de San Patricio en la ribera norte del Río de las Nueces, a 80 leguas de Matamoros.
Los campesinos cat6licos irlandeses perseguidos por la jauría de los nativistas, habían sido conducidos hasta ahí por un enganchador de colonos que más tarde habría de violar la fe jurada a la nacionalidad que le otorgó la concesión de colonizar, pero ellos -los colonos-, no tenían la obligación de compartir esa infamia. Los colonos irlandeses de San Patricio estaban en clara deuda de gratitud con los colores del país que les permitió tener, ¡al fin!, vínculos propios con la tierra, madre común de los hombres: estaban en la obligación moral de corresponder con lealtad a la nación que les dio definitivamente la posibilidad de ser libres; tenían el deber de velar por México, a cuya sombra habían podido establecer en América a Patricio, su santo patrón, el que acabó con las serpientes.

INDEPENDENCIA DE TEXAS

No es por masoquismo por lo que estamos manejando heridas; es porque no hay otra manera de curarlas. El complejo de México, si alguno sufre, quizá resida en querer olvidar agravios inolvidables, cuando sería mejor que quisiera recordarlos serenamente, no para incubar venganzas tardías, sí para tener presente la experiencia y preservar con ella el patrimonio que a sus hijos queda. El 2 de marzo de 1836, Texas declaró su independencia con resortes movidos por el esclavismo, como ya quedó demostrado. En 1837, Washington reconoció esa independencia. Por gestiones de la diplomacia washingtoniana, Londres y París hicieron lo mismo. México quizá la habría reconocido también, condicionando su reconocimiento a que Texas no se adhiriera al país del Norte.

SE CREYERON INDEPENDIENTES

Los colonos católicos irlandeses creyeron de buena fe que la independencia de Texas daba fisonomía propia a su nueva patria; supusieron que de verdad nacía una nueva nacionalidad, la suya, la que al fin les resarciría de sus frustraciones; la patria cuyo calor normalizaba su psiquis de hombres nacidos huérfanos. Pensaron que en esa nueva patria se redimirían definitivamente del feudalismo, de la discriminación religiosa, de la prohibición de tener tierra suya, de la amenaza de esclavitud propagada por Kentucky, Alabama, Misuri, y quedaron silenciosos todo el tiempo durante el cual México mismo permaneció callado, por imposibili­dad material de actuar en rescate de lo suyo.

LA ANEXIÓN Y LA GUERRA DE CONQUISTA

Pero las empresas esclavizantes, los directores de la industria de la esclavitud que fueron infiltrándose hasta señorear en el ánimo de los presidentes norteamericanos, a partir de Jackson y hasta Polk, pasando por Van Buren y Tyler, se dieron cuenta del verdadero espíritu de independen­cia de los colonos, y comprendieron que ese espíritu echaba por tierra sus ambiciones territoriales y propósitos de acrecer la zona de la esclavitud, demarcada hacia el Norte por el paralelo 36° 30" y hacia el Sur por la frontera de Texas, nación independiente. Contaban estas empresas con el Presidente Tyler, virginiano, esclavista de nacimiento y por convicción. De ahí que Tyler firmara apresuradamente, la víspera de la entrega del poder, el 1º de marzo de 1845, la famosa resolución conjunta por la cual se admitió a Texas en el seno de la Unión Americana. La gota derramó el vaso. Vino a ser inevitable la guerra de conquista cuando el 22 de Diciembre siguiente, Texas fue recibido formalmente como Estado de la Unión Federal. México, por entonces en la pobreza y la anarquía, perdió, como resultado de esa guerra, 851,550 millas cuadradas de su territorio.

LA PROFECÍA

El Reverendo Dr. Channing, de Boston, lanzó esta terrible predicción que en su mayor parte se ha convertido en realidad histórica: "Por medio de este acto (la anexión) nuestro país se iniciará en una carrera de crímenes y usurpaciones, y se hará acreedor al castigo y las calamidades consiguientes a todo delito. La adquisición de Texas no será única, sino que se encadenará a otros hechos numerosos de rapiña y de sangre, por fuerza de una inflexi­ble necesidad. Quizá muchas generaciones no verán la catástrofe que hay en esta tragedia cuyo acto primero estamos ahora listos para representar. Texas es un país conquistado por nuestros ciudadanos y su anexión a nuestra República será el principio de una era de conquistas que, a menos que le ponga coto y la frustre la Providencia, no se detendrá sino cuando llegue al Istmo de Darién. Por tanto debemos no clamar ya: "iPaz, paz! ". Nuestra águila aumentará su apetito, no lo satisfará al destruir a su primera víctima, y vivirá persiguiendo más tentadoras víctimas, sangre más codiciable, en cada región nueva que se abra hacia el Sur".


LOS COLONOS DE SAN PATRICIO CONVERTIDOS EN BATALLÓN

Pero vayamos, para terminar, en viaje hacia la hondura del fenómeno sicológico que convirtió a los colonos irlandeses en héroes al servicio de la patria nuestra, para agradecérselos en toda su magnitud:
Hemos visto que a México debieron su tierra en Texas, en primer lugar; hemos demostrado que en Texas vieron a su patria nueva, cuando Texas, por virtud de las maniobras de la esclavitud se desprendió de Méxi­co. Falta ahora confrontar la circunstancia emocional que sufrieron cuando Texas fue arrastrada a la Unión Americana por obra, otra vez, de los intereses esclavistas. Y parece claro inferir que sintieron naufragado su anhelo de libertad, frustrada su odisea al través de mares y de tierras, comprendieron que esta vez, ya para siempre, quedarían huérfanos de nuevo, en poder de un sistema esclavizante, injusto y desleal, más, mucho más, que el que sufrieron en su cuna irlandesa, porque en Irlanda no se comerciaba con los hombres, no se les criaba como animales para venderlos como esclavos, ni eran incendiados sus templos tal como en Filadelfia.

EL BATALLÓN HERÓICO

Y al ser obligados por el enganchador de colonos, Austin, a empuñar las armas; al ser forzados a formar un batallón, a marchar contra su propia conciencia -remar contra la corriente de su alma-, a disparar contra sus propios anhelos de ser libres, ellos comprendieron que su lugar no estaba allí. Al tomar el primer contacto las tropas invasoras que venían arrastrando al batallón de irlandeses, con las nuestras, en Matamoros, ellos pasaron a ocupar su sitio en nuestras trincheras. Varios de ellos fueron muertos al pasar. Pero los sobrevivientes siguieron con nosotros -Monterrey, Angos­tura, Cerro Gordo, Churubusco-, derrota tras derrota, esfuerzo tras esfuerzo, muerte tras muerte, hasta caer prisioneros combatiendo.

EJECUCIÓN EN MASA

Fidel, nuestro clásico del Romancero Nacional, que presenció la escena espantosa de la ejecución en masa, hace ciento doce años (1959), la describe de este modo:
"Detrás de la Plaza de San Jacinto, a la espalda de las casas que ven al Oriente, se pusieron de trecho en trecho y se amacizaron gruesos vigones con trabes gruesas, tendidas horizontalmente en la parte superior, colgando otras reatas verticales de espacio en espacio "Los prisioneros fueron distribuidos según los claros de las vigas. A cierta distancia, entre gritos y chasquidos de látigos, ataron con soga corrediza el extremo de los lazos colgantes al cuello de los prisioneros... y, en medio de gritos, hicieron correr a los caballos que tiraban de los carros. Balanceándose en los aires, entre horribles convulsiones y muestras de dolor, quedaron aquellos defensores de nuestra patria..."
Y don Guillermo Prieto concluye: "La agonía de aquellos mártires duró mucho. Los cuerpos de las víctimas fueron sepultados en el florido pueblecito de Tlacopac, situado entre Mixcoac y San Angel".



BANDERA AL VIENTO

Habían pintado en el anverso de un paño, burdamente, como pintan las rudas manos campesinas, la imagen de Patricio, su santo Patrono, y el arpa con cuyas melodías él había domesticado a las serpientes; y en el reverso, el nombre de su batallón y el escudo de México. Con ese paño por bandera ondeando a todo viento entró el grupo de valientes a nuestra historia, con paso redoblado, rumbo a la eternidad de la gratitud mexicana.


MÉXICO BORRA EL ESTIGMA

Alzándose al pie del patíbulo en que el Heroico Batallón de San Patricio fue asesinado en masa, la conciencia política de México, por mi humilde voz, lava el oprobio con que el vencedor de una inicua y brutal guerra de conquista intentó infamar la gesta de los irlandeses que murieron por la patria.

¡No fueron desertores!... Fueron leales a sí mismos, al sueño de ser libres que los trajo a América.

viernes, 7 de septiembre de 2007

EL CRÁTER DE CHICXULUB Y LA DESAPARICIÓN DE LOS DINOSAURIOS.

Para más información sobre los más importantes cráteres.

Baptistina es el nombre del culpable.

Por Rodolfo Menéndez

Hace un par de meses asistí en Mérida, la de Yucatán, a la presentación de un libro escrito al alimón -como hacen los toreros: cogiendo cada uno un extremo del capote- por dos espíritus libres e inteligentes: Fernando Espejo, que además es poeta, y Arcadio Poveda, astrónomo de la Universidad Nacional Autónoma de México. Yo no sé cómo se pudieron entender tan bien ambos personajes aparantemente tan disímbolos en la tarea que se echaron a cuestas de escribir "El Cráter de Chicxulub", pero el caso es que produjeron un texto que desde hace ya varias semanas vengo recomendando en la cintilla de este BLOG y a todos los que me han querido escuchar hablar al respecto. Y lo recomiendo no sólo porque es un delicioso texto muy bien escrito, sino porque además contiene información espléndida respecto de un acontecimiento que merece un mejor lugar en los anales de la historia remota del mundo en el que vivimos y de su relación con el cosmos ancho y ajeno. Resulta que hace 65 millones de años un asteroide o una enorme fracción de él vino a estrellarse contra la superficie de nuestro planeta provocando una hecatombe colosal que tuvo como repercusión inmediata la desaparición de muchas y diversas especies que entonces existían sobre la faz de la Tierra entre las que sobresale la de los dinosaurios.


Ya tiene un buen tiempo desde que esta versión de acontecimientos tan remotos, que al principio parecía una hipótesis descabellada y sin mayor fundamento, viene cobrando solidez y validación científica. Hoy prácticamente toda la comunidad astronómica internacional acepta y da por sentado el hecho de que esta incursión de un cuerpo extra-terrestre tuvo lugar en tal época con los efectos descritos que ya se consideran ciertos.

Acaba de referirse El País, diario español, a una publicación en la Revista Nature de un estudio que ahora identifica al asteroide culpable del desaguisado e incluso le pone nombre: Baptistina.

Dice así la nota de El País:

"La ruptura, hace unos 160 millones de años, de un asteroide de 170 kilómetros de diámetro llamado Baptistina sería la causa, cien millones de años después, del cambio climático que acabó con los dinosaurios y precipitó el final del período Cretáceo, según un estudio que publica la revista Nature. Los científicos estadounidenses responsables de la investigación creen que varios de los fragmentos de Baptistina chocaron con la Tierra, entre ellos el que impactó en la península de Yucatán y oscureció el cielo, sumiendo al planeta en un prolongado invierno y aniquilando a los dinosaurios.
Las teorías que explican la extinción de los dinosaurios a partir del impacto de un cuerpo celeste habitualmente achacan este fenómeno a un meteorito o a un resto de cometa, que habría caído en el cráter de Chicxulub, en México, de casi 200 kilómetros de diámetro. Pero los científicos del Instituto de Investigación Southwest, en Colorado, opinan que fue uno de los fragmentos de la ruptura de Baptistina el que formó ese cráter y causó el cambio climático.
El equipo científico, dirigido por William Bottke, se sirvió de una simulación informática para analizar la trayectoria de los diferentes fragmentos de asteroide que resultaron del choque de Baptistina con otro cuerpo celeste de unos 60 kilómetros de diámetro, hace unos 160 millones de años. Unos 300 de esos fragmentos tenían más de 10 kilómetros de diámetro.
Los resultados muestran que la lluvia de escombros que siguió al choque afectó a todo el Sistema Solar. Hace 65 millones de años, los fragmentos alcanzaron la Tierra y, con un 90 por ciento de probabilidad, uno de ellos es el que formó el cráter de Chicxulub y levantó los sedimentos ocultando el Sol. El resultado de todo ello fue la extinción de los dinosaurios.
El estudio señala también que los fragmentos de Baptistina pueden estar en el origen del cráter lunar de Tycho y de otros cráteres gigantes en Venus y Marte. Asimismo, la investigación indica que la lluvia creada por el asteroide podría se la fuente de aproximadamente un tercio de los objetos que actualmente rodean la Tierra."

Como podemos ver, lentamente, poco a poco, van juntándose las piezas del rompecabezas que constituye el viejo misterio de la humanidad respecto a los accidentes astronómicos sufridos por nuestro planeta que eventualmente favorecieron el proceso evolutivo de las especies tal y como se dió. Porque valga la reflexión: De ser válido este escenario, ¿hubiera habido alguna oportunidad histórica para los mamíferos y para los primates de los que finalmente descendemos, de no haberse hecho añicos Baptistina hace 160 millones de años e impactado en nuestro planeta una de sus porciones hace "sólo" 65, destruyendo a la especie que -de haber sobrevivido- quizá hubiera impedido el desarrollo y la evolución de los homínidos? ¿Nos estaríamos diciendo esto?

Imagen tomada de El País.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Se apaga una voz singular . ¿La mejor de nuestro tiempo?


Los Tres Tenores
(Foto tomada de El País)
De las notas necrológicas referidas a la temprana muerte de Luciano Pavarotti que he leído, quiero recoger dos para esta bitácora, ambas de El País, diario español. La una del colega y amigo del fallecido, llena de reconocimiento y gratitud, de José Carreras. La otra, con profundo conocimiento del belcanto que llama la atención por su buen gusto y objetividad, de Peru Egurbide. Aquí dejo las dos para su lectura.
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Un amigo sincero y leal
JOSÉ CARRERAS

Hemos perdido a un cantante extraordinario, uno de los tenores más importantes de la historia de la ópera, pero al conocer la triste noticia de su muerte no pienso en el colega, sino en el amigo. He perdido a un amigo sincero y leal que siempre fue afectuoso conmigo. Nunca olvidaré sus visitas al hospital, sus llamadas telefónicas, cuando yo luchaba contra mi enfermedad y él me animaba con su cariño y optimismo. Me ha enriquecido como artista y persona.

Nunca te aburrías a su lado. Era extrovertido, ameno en la conversación, divertido, frívolo a veces, pero profundo en los temas serios. Me dio sabios consejos, sin caer en el paternalismo, y siempre hizo pública su admiración por mi voz y forma de cantar. Lo vi por última vez hace unas semanas, en su casa de Módena, y preparó para cenar pan con tomate y jamón porque sabía que me encanta. Compartimos también pasión por el fútbol: él, por la Juve; yo, con el Barça.
Lo que más me emociona en su canto es el impacto de su voz solar, inconfundible desde la primera nota, su técnica fabulosa y su increíble comunicatividad, que le hacía llegar directamente al corazón del público y emocionarlo con su canto. Rompió moldes, como hicieron en su tiempo Enrico Caruso y Maria Callas, y alcanzó una popularidad extraordinaria, al nivel de una estrella del rock o del cine.
Siempre me ha emocionado, como espectador, porque he tenido el placer de verle cantando sus mejores papeles, y como colega, compartiendo escenario con él y Plácido Domingo en las giras que hemos realizado por todo el mundo como Los tres tenores, una relación artística que nació en 1990 con el histórico concierto en las Termas de Caracalla y acaba hoy con la muerte de Luciano, un tenor único, una persona inolvidable, un amigo irreemplazable.


La más bella
PERU EGURBIDE


Una cosa puede decirse con seguridad sobre Luciano Pavarotti: su voz fue la más bella, la más impresionante que se recuerda desde que hay memoria cierta de la historia de la ópera, es decir, desde los albores del disco. Ni Caruso, ni Schipa, ni los sucesivos Pertile, Gigli, Lauri Volpi, Tucker, Björling, Del Monaco, Kraus, Di Stefano, Corelli, Vickers, Bergonzi, Carreras o Domingo han dispuesto de un instrumento capaz de producir una emoción comparable a la que suscita la primera audición del hombre fallecido ayer en Módena. Sólo el catalán Jaime Aragall se le aproximó, quizá, en algún momento. Pero esto no quiere decir que Pavarotti haya sido el mejor tenor de todos los tiempos, ya que, en cuanto a interpretación, le aventajaron muchas veces otros que ni siquiera han sido citados.
La voz de Pavarotti ha sido única por su blandura excepcional, por su maleabilidad, por el brillo natural que le imprimía un cantante dotado de una facilidad innata para la expresión lírica. Se diría que Donizetti y Bellini compusieron para un tenor ideal que no llegaría hasta siglo y medio más tarde. De hecho, el Arturo de I Puritani y el Tonio de La fille du Régiment destacan entre sus papeles indiscutibles. A la homogeneidad de la voz en todos los registros se sumaba una increíble ligereza para subir al agudo, que, en parte, era sólo aparente. Es cierto que el gran Luciano reiteraba el do sin problemas e incluso rozaba el re sobreagudo en este repertorio belcantista, pero también que, como él mismo reconoció, desde que cumplió los 30 años, bajaba medio tono el Che gelida manina de La Bohéme, porque los do de Puccini le resultaban difíciles.
De Verdi probó casi todo, incluso algo que le quedaba tan lejos como el Otello, siempre en versión concierto, en dos ocasiones. Y con fortuna variable. Fue un magnífico Duque de Mantua, un buen Ricardo, en Un ballo in maschera, un gran Ernani. Resultó, en cambio, un aburrido Radamés en las producciones de Aida de mediados de la década de 1980, un endeble Manrico en las de El Trovador, y un Don Carlos abucheado en La Scala de Milán en la década de 1990, tras soltar un gallo. Su participación en Tosca en diciembre de 1996, inaugurando la temporada del San Carlos de Nápoles, una de sus últimas apariciones en el escenario, se saldó, sin embargo, con un rotundo éxito.
"Superficial" es el reproche más frecuente de los críticos hacia un tenor capaz, en ocasiones, de desplegar su bellísima voz para musitar apenas una partitura como quien repasa con desgana algo aprendido por obligación. "No soy músico; no puedo profundizar. No soy como Domingo, que dirige la orquesta de vez en cuando", dijo en una vez, cansado de estos comentarios.
La verdad es que Pavarotti terminó su carrera sin poder leer una partitura. El tenor más admirado, el gigante bonachón que se engalanaba con pañoletas de colores, desde el punto de vista musical era analfabeto. Lo mismo que Mirella Freni, la gran Mimí con la que compartió media carrera y una infancia de privaciones en la fábrica de tabaco de Módena, donde se empleaban sus respectivas madres. Ella trabajaba la voz desde niña; él prefería el fútbol.
De la niñez, Pavarotti arrastró siempre también el espectro de una grave enfermedad que contrajo a los 12 años. "Salí de aquella oscuridad con el único pensamiento de que la única cosa importante en el mundo es la vida, que de la otra parte está la muerte y que entre las dos orillas corre un río de cosas más o menos importantes", dijo en la entrevista citada de 1997. El tenor de Módena ha dejado en ese río incontables actuaciones maravillosas y un centenar de grabaciones que, para bien o para mal, son todas imprescindibles. Es de justicia que se lo agradezcamos.

Luciano Pavarotti - (1935-2007)

UNOS MINUTOS DE SILENCIO Y SU PROPIA VOZ AL QUE SE FUE.

domingo, 2 de septiembre de 2007

¿Cómo se alimentaron las multitudes mayas?

¿Cómo resolvieron la cuestión alimentaria los Mayas en las grandes concentraciones de pobalción que llegaron a tener como Tikal, Copán, Calakmul, Palenque (aquí arriba) durante el apogeo de lo que se denomina el período clásico, del siglo 300 al 900 DC? Foto de C. Belair.

Por Rodolfo Menéndez y Menéndez.

Hace unos días el New York Times publicó una nota muy sugerente del periodista John Noble Wilford, respecto de cómo lograron los mayas alimentar a su población en la cúspide de su evolución, durante el primer milenio de la era cristiana. Refiere la nota que ésta es una de las preguntas más insistentes que se hacen los arqueólogos y en general los estudiosos de esa civilización mesoamericana. Tiene lógica la pregunta a la luz de los más recientes estimados de la enorme densidad poblacional que llegó a alcanzar el pueblo maya en el curso de los tres mil años que perduró hasta antes de la llegada de los españoles a finales del siglo XV, época en la cual su demografía había ya decaído tan substancial como misteriosamente.
Los especialistas, dice la nota periodística, creen ahora que los mayas cultivaron algo más que maíz, frijol y calabaza, y en mayor escala, a fin de que sus cultivos fueran suficientes para alimentar verdaderas multitudes. Tratando de resolver el aparente enigma, han encontrado un vegetal sospechoso de permitir tal posibilidad: la manioca, también conocido como casava, mendioca o yuca en el lenguaje más común en el sureste de México. Se trata de un antiguo cultivo, todavía común en el trópico americano, desde el norte del Brasil hasta la región de Chiapas y Tabasco, en México y las islas del Caribe, particularmente en Cuba en donde es parte integral de la cocina cotidiana.
La planta, de alta productividad agrícola, tiene gruesas raíces de tubérculo con un alto contenido de carbohidratos en la forma de almidón comestible, muy utilizado también en la elaboración de adhesivos naturales de gran utilidad doméstica. Este contenido energético aún usado con frecuencia en guisos populares de la población indígena, sobretodo en el istmo americano y en Sudamérica, habría sido, conforme a la hipótesis, un fuerte aporte alimentario en la dieta del numeroso pueblo maya.
Sin embargo, tanto los arqueólogos como los paleo-botánicos que han venido estudiando la cuestión, no habían podido encontrar la evidencia científica que diera apoyo a la suposición del importante papel de la yuca en la dieta maya. Finalmente ahora, con un descubrimiento afortunado durante este mismo verano, científicos de la Universidad de Colorado, durante una excavación en la pequeña población de Cerén, 32 kilómetros al noroeste de San Salvador, han encontrado vestigios de un sembradío de yuca cultivado hace 1400 años al que se le considera ser la evidencia más antigua de la domesticación de esta rica fuente energética de consumo humano en el continente americano.
Al parecer esta evidencia fue preservada gracias a la erupción de un volcán en esa región de la hoy República de El Salvador -caracterizada por su intensa actividad volcánica- que habría cubierto de ceniza y lava las edificaciones de Cerén, junto con los artefactos usados por su población así como una área agrícola con sus cultivos de yuca.
“Este sembradío fue una suerte para nosotros” dice según la nota el Profesor Sheets, de la Universidad de Colorado. “La enorme productividad de la manioca puede ayudar a explicar cómo se soportó la gran densidad de población maya durante el período clásico en sitios del tamaño de Tikal en Guatemala o Copán en Honduras”.
En investigaciones arqueológicas previas en el mismo lugar sólo se había encontrado algunas plantas de yuca en huertos caseros pequeños, llegándose a pensar que el tubérculo había sido una porción menor de la dieta de los mayas.
“Qué equivocados estábamos” comenta el Profesor Sheets. Hace unos cuantos años, en 1996 una antología publicada por expertos sobre la agricultura maya hacía sólo una mención a la yuca diciendo que el papel del producto en la dieta maya era desconocido.
El equipo de trabajo del Dr. Sheets utilizó un radar que penetra en el suelo, perforadoras y pocetas de prueba, para descubrir las filas de la plantación de yuca a más de 3 metros de profundidad. Los huecos dejados por el tubérculo degradado por el tiempo fueron llenados con material plástico del que se usa para las cavidades dentales y posteriormente identificados como raíces de yuca. La planta crece hasta cerca de dos metros y sus raíces pueden alcanzar hasta casi un metro de largo. Usualmente los tubérculos son molidos para preparar una harina con alto contenido de carbohidratos pudiendo también comérseles como si tratara de una papa o patata. Ahora, los investigadores de la Universidad de Colorado trabajan con científicos del Instituto Smithsoniano para desarrollar técnicas que permitan detectar granos de almidón como los de la yuca en el suelo de las ruinas de los pueblos precolombinos. No quieren, bajo ninguna circunstancia, concluye el artículo del NYT, encontrarse con la novedad de que Cerén fue un caso único en el cultivo de la yuca.

La región donde los mayas desarrollaron la más alta densidad de población y donde vivieron millones de ellos a lo largo de tres milenios para después declinar -que no desaparecer- significativamente antes de la llegada de los españoles en las postrimerías del siglo XV.