Foto de la Opera de París (Sebastián Bolesch)
En 1827 Héctor Beriloz (1803-1869), el compositor romántico francés autor de la Sinfonía Fantástica, con mucho su obra más conocida, asiste a una representación de Romeo y Julieta en el teatro Odeón de París que era estelarizada por la actriz irlandesa Harriet Smithson con la cual habría de casarse unos años más tarde en 1833. A partir de ese momento Shakespeare no se ausentaría nunca de la vida del compositor francés. Más tarde en 1839 Beriloz concluye una sinfonía dramática con coros y solos de canto sobre el tema de los amantes de Verona.
Para ventura y alegría de otros amantes, los de la buena música, Sasha Waltz la joven y talentosa coreógrafa alemana, por encargo de la Ópera de París, da ahora nueva vida a este tema en la forma de una ópera-ballet que acaba de inaugurarse en el escenario de la Bastilla. Una ocasión extraordinaria para disfrutar del Ballet, los Coros y la Orquesta de la Ópera parisina bajo la batuta de Valery Gergiev, el conductor moscovita que recientemente triunfó en el Metropolitan de NY, y que hoy es el encargado de concertar en el agasajo colectivo el matrimonio entre la danza y el canto, rara vez representado para un público.
Si alguno de ustedes se encuentra de paso en estos días por la Ciudad Luz, no deje de ir a ver éste que puede ser un grandioso espectáculo…. O al menos inténtelo. Vale la pena, estoy seguro.
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