jueves, 30 de julio de 2009

Saramago: Federación hispano-portuguesa

 E pur si muove

José Saramago.

"Y sin embargo, se mueve". Estas palabras las diría como si fuera un susurro casi inaudible Galileo Galilei al terminar la lectura de la abjuración a que fue forzado por los inquisidores generales de la Iglesia Católica el 22 de Junio de 1633. Se trataba, como se sabe, de obligarlo a desmentir, condenar y repudiar públicamente lo que había sido y seguía siendo su profunda convicción, es decir, la verdad científica del sistema copernicano, según el cual es la Tierra la que gira alrededor del Sol y no el Sol alrededor de la Tierra. El estudio del texto de la abjuración de Galileo debería estudiarse con conveniente atención en todos los establecimientos de enseñanza del planeta, fuese cual fuese la religión dominante, no tanto para confirmar lo que hoy es una evidencia para todo el mundo, que el Sol está parado y la Tierra se mueve a su alrededor, sino como manera de prevenir la formación de supersticiones, lavados de cerebro, ideas hechas y otros atentados contra la inteligencia y el sentido común.

No es, pese a la introducción, Galileo el objeto primero de este texto, sino algo más próximo en el tiempo y en el espacio. Me refiero al Barómetro Hispano-

Luso del Centro de Análisis Social de la Universidad de Salamanca, publicado hoy, sobre las eventuales posibilidades de creación de una unión entre los dos países de la Península Ibérica de cara a la formación de una Federación hispano-portuguesa.

Los lectores que acompañan regularmente éste y otros comentarios míos recordarán la polémica, adornada con unos cuantos insultos elegidos y unas cuantas acusaciones de traición a la patria, que mi pronóstico de una unión de ese tipo suscitó hace relativamente poco tiempo. Pues bien, de acuerdo con el sondeo de la Universidad de Salamanca, 39,9% de los portugueses y 30,3% de los españoles apoyarían esa unión. Los porcentajes muestran un sensible avance, tanto en un país como en el otro, sobre los cálculos realizados en aquel momento. Los que rechazan la idea constituyen poco más del 30% de las personas consultadas, es decir, 260 de los 876 ciudadanos entrevistados durante los meses de abril y mayo de este año.

Al contrario de lo que generalmente se dice, el futuro ya está escrito, lo que ocurre es que nosotros no tenemos todavía la ciencia necesaria para leerlo. Las protestas de hoy pueden convertirse en los acuerdos de mañana, y, por supuesto, también podría suceder lo contrario, aunque una cosa es cierta y la frase de Galileo tiene aquí perfecto encaje. Sí, Iberia. E pur si muove.

Tomada de El País.

lunes, 27 de julio de 2009

¿Qué puerto es éste?

La playa en el sena....II

Meses de verano en Europa. ¿Será esto Biarritz?, ¿Niza?  ¿Algún puerto de España?

Para nada. Es París. Como todos los años del 20 de julio al 20 de agosto, la playa se instala en el Sena….

 

La playa en el sena....

Claude Belair, mi consuegro, nos envía desde allá esta fotografía que lo resume todo.

martes, 21 de julio de 2009

H1N1: ¡No bajemos la guardia!

flu_virus
Después de leer las estupideces de un alcalde tonto en el estado de Tabasco (sí, aquí en nuestro pobre país), en el sentido que esto de la pandemia viral es un cúmulo de mentiras, no me queda más que pronunciarme en contra de los políticos ignorantes e irresponsables y decirle a mis cuantos lectores: ¡Cuidado, no bajemos la guardia, el otoño llegará pronto!

Fíjense lo que están haciendo los gringos con un presidente que sabe ser líder. Están desde ahora alertando a la población acerca de los riesgos que acechan en ese futuro ya próximo e induciendo, desde la presidencia, las acciones preventivas que se requieren. ¿Y nosotros, qué estamos haciendo? ¿Y nuestros líderes? ¿Los hay?

Tomado de El País

Por: MARÍA R. SAHUQUILLO.

"Los niños de uno a seis años, se perfilan como grupo de riesgo"

Enfermos crónicos, diabéticos, obesos, embarazadas. En ellos la gripe A puede ser más agresiva. Por eso, en Europa, recibirán la vacuna contra el H1N1. Son parte de los grupos de riesgo a esta pandemia. La primera del siglo XXI. Existe otro. Menos conocido, pero igual de importante.

Enfermos crónicos, diabéticos, obesos, embarazadas. En ellos la gripe A puede ser más agresiva. Por eso, en Europa, recibirán la vacuna contra el H1N1. Son parte de los grupos de riesgo a esta pandemia. La primera del siglo XXI. Existe otro. Menos conocido, pero igual de importante. Los menores de dos años. Esa parte de la población, que algunos expertos elevan hasta los seis años, es especialmente vulnerable a la enfermedad. Y son los que acumulan más ingresos hospitalarios por gripe común. Por eso, los expertos recomiendan extremar las precauciones en las guarderías y prolongar la lactancia.

Ayer mismo, un bebé de 11 meses fallecía en Venezuela, y se ha convertido en la primera víctima mortal de la nueva gripe en ese país. Y es que los bebés tienen un sistema inmunológico menos maduro y más vulnerable a cualquier virus, advierten los expertos. Sus defensas locales, además, aún no están del todo desarrolladas y cualquier cuadro gripal podría llegar a progresar en ellos hacia una neumonía. A esto se le añade un argumento más: la vacuna contra el H1N1 no estará lista, previsiblemente, hasta diciembre, por lo que llegará tarde para el pico de la temporada de gripe común. Un factor que hace que, de cara al invierno, los expertos pidan precaución con este grupo de manera muy especial.

Algunos, recomiendan que no se lleve al jardín de infancia a los menores de un año por precaución. "Las guarderías pueden llegar a ser un foco de contagio y los niños aún no están vacunados. Lo mejor sería no llevarlos", sostiene Juan Martínez Hernández, especialista en Medicina Preventiva y miembro de la Comisión de Salud Pública de la Organización Médica Colegial.

Al nacer, los bebés heredan los anticuerpos de su madre frente a cualquier enfermedad. Es lo que se denomina inmunidad transferida. Gracias a ella, el bebé estará protegido contra las enfermedades que la madre haya pasado. Pero sólo hasta los seis meses de vida. Después, esa inmunidad desaparece. "Así, justo cuando suelen empezar a ir a la guardería, es cuando más expuestos están a los virus. Han perdido esa inmunidad transferida", aclara José Luis Del Pozo, catedrático de Microbiología de la Clínica de la Universidad de Navarra. Del Pozo considera que no llevarles al jardín de infancia es "un poco inviable". Sin embargo, recomienda que al primer síntoma no acudan, y que las guarderías no admitan a niños enfermos, "por precaución".

Para aumentar la protección natural de los bebés, los expertos recomiendan también ampliar el periodo de lactancia al menos hasta los 12 meses. "La lactancia materna aporta inmunidad pasiva, inmunoglobulinas protectoras, no a un virus o bacteria concreta, sino de manera global", sostiene Martínez Hernández. Una fórmula que no protege del todo al bebé, pero que ayuda.

Medidas que, con la vista puesta en el otoño, pueden ser útiles. Mientras, la pandemia sigue su expansión. En España, la enfermedad ha causado la muerte de cuatro personas y afectado a 1.309. Ayer se detectó un posible brote en la cárcel de Alcalá Meco (Madrid 2). Allí, 11 reclusos pueden padecer la enfermedad, lo que ha llevado a Instituciones Penitenciarias a activar el protocolo que establecen Sanidad y la Organización Mundial de la Salud y aislar la zona donde viven los afectados. Se ha declarado la cuarentena en dos módulos de esta prisión, donde viven 200 personas.

"Los reclusos siguen haciendo vida normal en sus módulos, zonas autónomas, con su comedor, su sala de televisión... Pero no pueden visitar las zonas comunes de la prisión como el polideportivo o el campo de fútbol", explica un portavoz de Sanidad Penitenciaria. Tampoco pueden recibir visitas y se ha repartido mascarillas a los internos y al personal de la cárcel. De los 11 casos sospechosos, uno ha sido ingresado en el Hospital Carlos III de Madrid, por precaución. Sus síntomas son leves, pero tiene patologías previas. Si se confirman algún caso, la cuarentena durará una semana.

sábado, 18 de julio de 2009

La caída de un miliciano ¿escenificación?

miliciano Robert Capa

La veracidad de la famosa foto de Robert Capa, puesta en tela de juicio….

Tomado de La Razón

Ver también

La exposición que se abre la próxima semana en el Museo Nacional de Arte de Cataluña sobre Capa reabre la polémica de «El soldado caído». Un estudio de las fotos alienta las sospechas sobre la mítica imagen.

J. R. Puyol /J. Ors - Madrid

El cinco de septiembre de 1936, un joven Robert Capa de 22 años captó una imagen que la historia convertiría en el símbolo de la Guerra Civil española. Su nombre: «El soldado caído». Una instantánea tomada, en principio, en Cerro Muriano, Córdoba, con una Leica (como demuestra el formato rectangular del negativo; si hubiera sido cuadrado, entonces habría pertenecido a la otra cámara del fotógrafo: la Rolleiflex).

Durante décadas, la postura de aquel soldado, con camisa clara, brazo extendido y retratado, hipotéticamente, en el mismo instante en que una bala lo alcanzaba, representó la barbarie del fascismo. Desde ese momento, la fuerza de la foto ha crecido en el imaginario colectivo hasta alcanzar la categoría de mito. Esta semana, el Museo Nacional de Arte de Cataluña inaugurará «¡Esto es la guerra! Robert Capa en acción», una retrospectiva dedicada al autor y donde también está presente su compañera, Gerda Taro. Una muestra que se podrá visitar desde el 7 de julio hasta el 27 de septiembre y que realza la personalidad y la influencia de uno de los grandes fotoperiodistas de la historia en un momento en que también ha aparecido la llamada «maleta mexicana», un conjunto de negativos que contienen trabajos de Capa, Taro y Seymour.

En 1975, Phillip Knightley publicó «The first Casualty: Crimea to Vietnam». El libro contenía el testimonio de un anciano periodista británico, O.D. Gallagher, que aseguraba que Capa le había reconocido que la secuencia del miliciano de 1936 había sido una escenificación. Sus palabras fueron: «...un oficial republicano les dijo que iba a ordenar a varios soldados que fueran con Capa a unas trincheras cercanas y que podían escenificar unas maniobras para que las fotografiasen». Richard Whelan, biógrafo oficial del reportero húngaro, rebatiría estas palabras. La declaración, sin embargo, cuestionaba por primera vez la veracidad de una de las imagénes más emblemáticas de su autor y avivaba las sospechas. Desde entonces su autenticidad es un enigma.

Severas dudas
Al margen del día en que se obtuvo la fotografía, el lugar del acontecimiento y la persona que aparece en ella, un análisis «forense» de la imagen deja en el observador severas dudas. El estudio de algunos aspectos determinados de la foto alientan la teoría de la escenificación. La publicación, el 23 de septiembre de 1936, en la revista «Vu», en la página 1.106, reproduce por primera vez «El soldado caído» junto a otro fotograma perteneciente al mismo reportaje en el que se contempla a otro combatiente abatido. ¿Cuántas veces se puede captar, en el mismo sitio, a la misma hora y con el mismo encuadr, a dos soldados derribados por disparos? Para la mayoría de los profesionales de la fotografía, una o ninguna.
Resulta difícil obtener dos instantáneas similares sin estar preparado. Hay que subrayar otro aspecto: ambas imágenes, de un parecido innegable y un entorno prácticamente igual, jamás volvieron a publicarse juntas. Capa, en su libro «Death in the Making» (dedicado a Gerda Taro) no incluyó en su interior ninguna de las dos (ni otras de la serie de Cerro Muriano). Sólo la sobrecubierta reproducía el conocido miliciano, y resulta sorprendente.

El momento justo
Capturar el instante exacto de la muerte de un hombre es un caso casi excepcional. El propio Capa fue incapaz de reproducir ese momento cuando tomó la instantánea de un soldado norteamericano que caía muerto delante de él por el disparo de un francotirador el 18 de abril de 1945 en Leipzig, Alemania). Al cotejar las dos instantáneas de «Vu» se puede identificar una disposición especial de los rastrojos del campo que son esclarecedores. Un tallo vertical y otros dos horizontales en el suelo forman un eje cartesiano. Si sobre esa referencia se colocan ambas imágenes superpuestas se observa que ambos combatientes cayeron exactamente en el mismo sitio, como prueban la coincidencia de ese eje y el paisaje que hay detrás: son idénticos. Otra referencia es el abultamiento de un terrón en el suelo, justo en el lado inferior derecho, que ayuda a enmarcar a los dos soldados. Las fotos mantienen el mismo encuadre, están tiradas a la misma hora y desde el mismo lugar (¿Y qué reportero quedaría expuesto a un fuego cruzado de los dos lados?).

A estas evidencias se suma el material publicado por la revista «Regards» en el número del 24 de septiembre de 1936 (justo un día después de «Vu»). Ahí aparecen más fotos de la serie de Cerro Muriano (como se puede ver en la imagen superior de esta página). También hay dos milicianos en el suelo como si estuvieran muertos. Algunos expertos han señalado que, por la disposición de esos cuerpos, no parece que estuvieran muertos. La «maleta mexicana», además, ha aportado el cuerpo de otro republicano tumbado en la tierra muy parecido, por las referencias de su uniforme, al que se ve en «Vu», debajo de «El soldado caído». ¿Todos están muertos? Y si no lo estaban, ¿qué hacían todos ellos tumbados?

El único soldado que cayó el 5 de septiembre de 1936 en Cerro Muriano fue Federico Borrell García, que, curiosamente, no es ninguno de los que aparece en esas secuencias. Si se compara su retrato con el rostro de «El soldado caído» (como demuestra magistralmente el documental «La sombra del iceberg», de Hugo Doménech y Raúl Montesinos), se aprecia que apenas comparten parecidos. Mientras Borrell es un hombre joven, el miliciano abatido que aparece en la célebre fotografía es un hombre que ya ha entrado en edad adulta.

Robert Capa, joven y de izquierdas, ya había fotografiado con anterioridad unas maniobras en Santa Eulalia (que él mismo terminó admitiendo). Un reportaje, como se ve en algunas fotografías del libro «Death in the Making», en el que un conjunto de hombres descendía por una colina (de una manera muy parecida a la de Cerro Muriano) para cargar hacia unas supuestas posiciones enemigas. Algunas de sus características se distinguen en la serie de Córdoba.

Un hombre sin identidad
¿Quién es «El soldado caído»? Una investigación arrojó la teoría de un nombre: Federico Borrell García, conocido como «Taino», el único combatiente republicano que, según la documentación histórica, cayó en Cerro Muriano. La aparición, en el diario anarquista «Ruta Confederal» (en la imagen de la izquierda), en el que un compañero, como homenaje a su amigo, describía su muerte en una necrológica elogiosa, tachaba esa posibilidad. De hecho, «Taino» cayó, a las cuatro de la tarde, al ser alcanzado por los disparos del enemigo cuando permanecía oculto detrás de un árbol. En las fotografías de Robert Capa es evidente que no aparece ningún árbol. El documental «La sombra del iceberg» comenta este aspecto y, también, incluye otra prueba. En la camisa de «El soldado caído» no hay rastros de sangre y un forense afirmaba que esa no es la postura lógica de caer después de recibir el impacto de una bala.

El secreto de la maleta mexicana
La aparición en México de una maleta con 126 carretes fotográficos (cerca de 4.300 imágenes) de la Guerra Civil española datados entre mayo de 1936 y marzo de 1939 y pertenecientes a Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour, conocido como «Chim», abría la posibilidad para limpiar de sospechas la fotografía del republicano abatido de Robert Capa. Sin embargo, aportaba una instantánea nueva: una imagen vertical con un miliciano tumbado en el terreno con el rifle sobre el pecho y con la mano en el arma. Sumaba un combatiente más a la lista de soldados que ese día aparecen en el suelo. Y, por tanto, aumentan las interrogantes. ¿Cuántos hombres cayeron en esa jornada? La tesis oficial sostiene que durante unas maniobras un hombre recibió un disparo. Si resulta que sólo murió en esa fecha un soldado, ¿qué hacían los demás milicianos tumbados en la ladera de la famosa colina de Córdoba?

La maleta mexicana, cuyos documentos se presentan ahora en el MNAC, también contiene tres hojas de contactos de la serie que Robert Capa sacó en la batalla de Segre en 1938. Unas instantáneas que demuestran la genialidad del autor y por qué es una referencia incuestionable del fotoperiodismo del siglo XX. La exposición muestra este trabajo y repasa los reportajes que sacó durante la Segunda Guerra Mundial, como las conocidas instantáneas del desembarco de Normandía.

viernes, 17 de julio de 2009

Murales de Diego Rivera en restauración.

La agencia EFE dice:
El mural de la historia de México pintado por Diego Rivera (1886-1957) en el Palacio Nacional de la capital mexicana está siendo sometido a un proceso de restauración y conservación que le devolverá su esplendor a tiempo para las celebraciones del bicentenario de la independencia del país, en 2010. "Es una visión del México anterior y el actual, pero más que nada es una visión histórica de hechos y acontecimientos de movimientos sociales, y sobre todo la presencia del ser humano alcanzando la meta que es la libertad del trabajo", indicó ayer el coordinador del proyecto, Alejandro Morfín. Entre 1929 y 1951 Rivera pintó más de 274 metros cuadrados de murales en los arcos de la escalinata y el segundo piso del edificio, retratando la historia de México desde la época prehispánica hasta el siglo XX.
Morfín recordó que hacía años que no se llevaba a cabo "una intervención completa integral" sobre esa obra del famoso muralista mexicano, que dejó incompleta al morir en 1957. Además de las labores de restauración, los trabajadores del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico y Mueble del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) están realizando también un registro e informe actualizado de las condiciones en que se encuentra la obra pictórica.       Para más sobre Diego Rivera

domingo, 12 de julio de 2009

"El Yucatán de Lara Zavala" por Carlos Fuentes

Carlos Fuentes 1

''El Yucatán de Lara Zavala'' que dio a Carlos Fuentes el premio de periodismo González-Ruano este año.

Publiqué esto por el gusto del premio a Carlos Fuentes, sí, pero también por la novela de Lara Zavala que recién he leído y que me ha vuelto a vincular con uno de mis temas predilectos. El autor domina la historia y la recrea, introduciendo en ella personajes, hechos y circunstancias que hoy cohabitan en la memoria histórica que había forjado de esos tumultuosos acontecimientos que marcaron para siempre a nuestra península. Desde luego que es un libro aconsejable para todos los que amamos a Yucatán. (RMM)

(Transcribo el texto de Carlos Fuentes)

Península, Península:

Por Carlos Fuentes
La relación entre novela e historia se da, en ocasiones, con la inmediatez de la actualidad. Es el caso, por ejemplo, de Los de Abajo de Mariano Azuela (1915) escrita en y desde la turbulencia de la Revolución Mexicana y, en cierto modo, de La Sombra del Caudillo de Martín Luis Guzmán, prácticamente contemporánea a los hechos y personajes del callismo.
Otras veces, la historia sólo admite la ficción gracias a la perspectiva. La Revolución Francesa no tiene novelistas inmediatos. Había que esperar a Balzac y Stendhal. Nadie eleva a ficción la Revolución de Independencia Norteamericana, que temáticamente da sus mejores obras en el siglo XX, con Howard Fast: Los invictos y El ciudadano Tom Paine. Tolstoi escribe los eventos de la invasión napoleónica de Rusia (1812) en 1865. Stephen Crane escribe la mejor novela de la Guerra Civil Norteamericana, La roja insignia del coraje, en 1895.
El siglo XIX mexicano, tan tumultuoso y hasta caótico, produjo novelas de su tiempo y evocaciones de otros: Riva Palacio, Rabasa, Payno. Dos recientes obras mexicanas nos ofrecen una perspectiva renovada, con gran brío e imaginación. En La Invasión (2005) Ignacio Solares da la experiencia de la guerra de 1848 y la ocupación norteamericana de la ciudad de México con un contrastado sentido de luces y sombras, efectos y defectos. La modernidad del relato consiste en que el narrador narra los eventos varias décadas más tarde, en la madurez y durante el porfiriato, dándole a la obra la requisita incertidumbre: esto es ficción, no es historia. Como la novela la escribe un autor contemporáneo a nosotros (Solares) resulta que La Invasión posee tres niveles de temporalidad: lo vivido en 1848, lo recordado durante el porfiriato y lo narrado hoy.
Hernán Lara Zavala, uno de los escritores mexicanos más cultos y reticentes, establece de arranque la actualidad de lo que narra gracias a un novelista (¿el propio Lara Zavala?) que se sienta a escribir la novela que estamos leyendo: Península Península, cuyo tema es la Guerra de las Castas que asoló a Yucatán en 1847. Lara Zavala se inscribe así en la gran tradición, la tradición fundadora de Cervantes, donde la novela de Quijote y Sancho coincide con la actualidad de España, el pasado evocado por las locuras del hidalgo, el género picaresco (Sancho) en diálogo con el épico (Quijote) y los estilos moresco, bizantino, amoroso y pastoral introducidos para darle a la novela su carta de ciudadanía: la diversidad genérica.
El tránsito de Lara Zavala de su irónica actualidad de narrador a la materia narrada, le permite presentar ésta, la Guerra de Castas en Yucatán, con una variedad de ritmos y temas que no sólo la salvan de cualquier sospecha de didactismo, sino que enriquecen lo que ya sabíamos con el tesoro de lo que podemos imaginar. Aquí se dan cita no sólo los hechos y personajes históricos, los gobernadores Méndez y Barbachano, los líderes mayas Pat y Chi y las contrastantes sociedades de la elite criolla y las comunidades indígenas. Están también los mercaderes locales y los gachupines; el doctor Fitzpatrick y su leal (demasiado leal) perro Pompeyo. Están los clérigos y también los monaguillos y sacristanes indios que los asesinan. Está el México y sus revoluciones de José Ma. Luis Mora, en toda su caótica simultaneidad. Está, protagónica, la tierra yucateca, las llanuras blancas sin vegetación, brillando dolorosamente. Están el sol, los laureles, el fresco. Están el mediodía de plomo, el bochorno. Están las hierbas (damiana, ruda, toloache, yerbabuena, gordolobo, etc.) evocadas con una minuciosidad amorosa que revela la formación literaria inglesa de Lara Zavala, sobre todo la lección de D. H. Lawrence, la capacidad de ubicar la pasión en la naturaleza.
Sólo que todo late con amenaza de guerra y muerte. El autor las aplaza con los magníficos momentos de la pasión erótica (el novelista Turría y la viuda Lorenza; la cachondísima María y el escribano Anastasio). El amor es asediado por dos fuerzas que Lara Zavala maneja de mano maestra. Una es la magia, la corriente impalpable de lo sobrenatural presente en los exorcismos y ritos de la península yucateca, que le sirve a Lorenza para pensar que su marido difunto, Genaro, aun vive y merodea en la recámara... hasta descubrir que el ruido lo hace un murciélago que deja de aletear apenas se enciende la luz. ¿Un murciélago? ¿O un vampiro?
Porque la magia de la tierra contiene la muerte de la tierra. El cabecilla rebelde Chi es asesinado por el amante de su mujer, Anastasio. La rebelión pierde (en todos los sentidos) la cabeza, y el presunto comerciante muerto, Genaro, reaparece a reclamar a su mujer casada sólo para ser devuelto a otra muerte: el anonimato, el silencio, como el Coronel Chabert de Balzac, muerto en Eylau, sin derecho a la resurrección.
En las penínsulas, en Campeche y Yucatán, nos advierte Hernán Lara, las noticias vuelan, nadan y se arrastran. También pueden novelarse, como lo hace aquí el autor con una prosa límpida, tan transparente (para establecer comparaciones odiosas o amables) como la de Martín Luis Guzmán. Frágil empresa, como lo sabe Turrisa cuando la furia revolucionaria le quema el manuscrito de su libro y el autor entiende que ya no tendría el coraje de reescribir su novela, que sólo sobreviviría en su memoria e imaginación.
Que son, por fortuna, las nuestras.

domingo, 5 de julio de 2009

Hoy domingo 5 de julio, anulé mi voto...

partipoli2 Yo, el 5 de julio, voté nulo. ¿Por qué?

  • Porque así manifesté mi desesperación, o, si se quiere, mi esperanza de que todo cambie.
  • Porque así expresé mi hartazgo con el sistema político que nos tiene secuestrados.
  • Porque así he querido mandar un mensaje de que ya me convencí de que el sistema no funciona. De que los partidos políticos no sólo no nos representan, sino que nos mienten, nos engañan, nos toman el pelo, nos usan, en suma, nos defraudan.
  • Porque así digo que los políticos en México no están a la altura de las circunstancias, ni al nivel de lo que el país requiere para su necesaria transformación.
  • Porque así señalo que los candidatos del momento no son la excepción a lo que antes dije. Uno sólo no ví que tenga la voluntad manifiesta de enfrentar el gran reto que tendrá la siguiente legislatura: el proveer el marco legal para que, en paz, los mexicanos construyamos un nuevo pacto nacional que permita conducir al país hacia un estadio de justicia y de prosperidad colectiva.
  • Porque no tuve muchas más opciones para expresar mi descontento e insatisfacción con la realidad que priva en el país y contra la cual yo, por mi mismo, poco puedo.
  • Y, finalmente, porque si muchos como yo han hecho lo mismo, a lo mejor, tal vez, quién sabe, podría ser…… los actuales responsables de la dirección del país -ineptitud aparte-, comenzarán a ponerse las pilas y a pensar en resolver los problemas colectivos y no nada más, como ahora ocurre, se dediquen a satisfacer su muy particular agenda de intereses sectarios y egoístas.
Fue domingo y...