sábado, 14 de septiembre de 2024

... Mientras tanto, la justicia se daba por dinero..




En recuerdo de viejas pero actuales luchas, de al menos dos generaciones de mexicanos -la de mi padre fallecido hace ya más de cuarenta años, en 1982, y la mía que ya toca su ocaso-, y en señal de regocijo por el cumplimiento de un sueño que está a punto de realizarse con la ya muy pronta promulgación de la reforma a la ley constitucional del poder judicial federal que habrá de recuperar para las generaciones presentes y futuras, el respeto a nuestras  instancias jurisdiccionales y la honra de vivir en un país en donde la justicia y su impartición, sean patrimonio de todos los mexicanos y no botín de unos cuantos, quiero publicar hoy y aquí, la parte final del Canto a Yucatán, escrita por Miguel Ángel Menéndez Reyes hace más de medio siglo, mismo que da pábulo a nuestro júbilo de hoy:


“Quien me vio batallar quizá recuerde

que jamás transigí con los tiranos;

que perdí juventud como se pierde

la gota puesta al sol de los veranos;

que arengué multitudes a la verde

sombra de los laureles itzalanos.

Que recorrí tu sitibunda tierra,

que no hubo brecha ni rincón oculto

donde mi ruda voz no alzará guerra.

Jugué la vida contra el amo estulto

sin otro auxilio que la suerte perra,

sin otro credo que el agrario culto.

Todo te dí: brazo, peculio, canto,

amor y fe en la Patria, fiel entero;

te dí todos mis treintas, te di el llanto

cívico, que es el llanto verdadero...

y reclamé justicia mientras tanto

la justicia se daba por dinero... “





¿Sueño cumplido?  ¿reclamo satisfecho?

¡Así lo creo! Al menos en  principio...